ha llegado el vengador
La dueña del almacén estaba mostrando a la mujer que se hallaba con ella en la tienda las últimas novedades en telas que habían recibido. Las dos miraron a través de la ventana a la calle, atraídas las miradas por el típico chirrido de las ruedas de un carro al detenerse. —Es la esposa de Harry Belwin. Mucho llevan luchando con esas tierras. —Sí. Son muy trabajadores los dos. Bien merecen triunfar. —Pues lo van consiguiendo. —El reverendo quería hablarles sobre el hijo. Debe ir a la escuela. Ya tiene edad para ello. Está trabajando con ellos. —Si es una buena ayuda, no creo que sea justo traten de obligarle a perderla.