PAÍS LIBRO

Autores

m. l. estefanía

¡ganaran los de kansas!

Los jinetes se apearon de sus cabalgaduras, todos ellos llenos de sudor y polvo. Dejaron los caballos ante la vivienda y entraron en ella hablando por grupos. Una vez en el comedor, se dejaron caer en los asientos con verdadera satisfacción. Seguían hablando en la misma forma, por grupos.