flota maldita
—Bien venido a Memphis, capitán Stuart. —¡Hola, August! Ya tenía ganas de verte. ¿Cómo va todo? —Estupendamente, George. —Me alegro. —¿Dónde está ese diablillo? —Preparando el despacho. Hoy será ella quien se encargue de todo. Sabe muy bien lo que tiene que hacer, cuando suban las autoridades del río.