PAÍS LIBRO

Autores

m. l. estefanía

fama de rápidos

Siguieron cabalgando sin mucha prisa y, al anochecer, se dispusieron a descansar. Mientras Dan hacía fuego para preparar un poco de comida, Bill vigilaba la llanura desde una colina. Minutos después, Dan le llamó para comer. Lo hicieron tranquilamente y charlando de infinidad de temas. Después de tomar una buena taza de café cargado, fumaron tranquilamente y luego se dispusieron a acostarse. Primero apagaron el fuego.