falsa identidad
Kearney había vuelto a ocupar su puesto, luchando heroicamente junto a sus compañeros. En el fragor de la batalla, James Warren, joven teniente del Ejército del Norte, contemplaba con profunda admiración el heroísmo de aquel grupo de valientes. Lee y el capitán Corbett cayeron con varios soldados, víctimas de la terrible explosión que estalló junto a ellos. Kearney corrió como un loco junto al amigo. El capitán, milagrosamente, no había sufrido herida alguna. Sin embargo, el teniente Lee, quedó con el rostro ensangrentado.