el rancho de la mala suerte
Billy se rascaba la cabeza pensativo. Lo que decía Linda podía ser verdad. No le gustaba Charles. Veía en él a un soberbio engreído y su equipo el que le respaldaba por la composición del mismo. Presumían de ser los mejores tiradores de «Colt». Y esta seguridad era la que había hecho de ese equipo el azote del condado. Y empezaba a estar de acuerdo con Linda. No le perdonaba que le rechazara en la forma que lo hacía, en público. Y le intrigaba ese deseo de hacerse con el rancho de la muchacha.