el habitante de la residencia
Atendió el gobernador, muy correcto, a los visitantes y tomó nota detallada de las peticiones que le hicieron. Al salir, decían al secretario que les había atendido perfectamente. Pero éste no estaba tranquilo. Y acudió a la llamada del jefe. Y entró completamente dueño de sí. Se había repuesto y reaccionado. Le estuvo dictando unas cartas que debían escribir, citando a determinadas personas.