el gobernador de cheyenne
No era posible moverse en el local. Era amplio, pero tal la cantidad de clientes que se hacía difícil dar un solo paso. Todos los que estaban en el mismo miraban con atención cuánto había en él y que denotaba un lujo asiático a la vez que un gusto exquisito. Se inauguraba ese día y fueron varias semanas de espera de este acontecimiento. En la población había por lo menos trescientos locales más de ese tipo; pero ninguno, desde luego, decorado con tanto gusto y lujo parecido. El piso estaba alfombrado y en las paredes cuadros y espejos valiosos. El mobiliario a tono con la ornamentación.