PAÍS LIBRO

Autores

m. l. estefanía

el crimen de silver city

El de la placa miró sonriente al amigo. Poco después entraban en el almacén. El propietario del mismo salió del mostrador para saludar al hombre que acompañaba al sheriff. —¡Vaya...! Ya iba siendo hora que te dejaras ver. ¿Cómo van las cosas por el rancho?