cumbres nevadas
—Ya conoces toda la historia. Y te puedo asegurar que es un verdadero milagro el que continúe con vida. Cada vez estoy más convencida que no es obra de los indios todo esto. —Es posible que tengas razón. Pero ahora hemos de pensar en huir. Me llamo Bill. Bill Candy. —Carolyn. Lyn simplemente para los amigos. Se han llevado todos los caballos que dejaron por ahí. De haber tenido uno, habría intentado romper el cerco durante la noche. —¿Sabes montar?