PAÍS LIBRO

Autores

m. l. estefanía

cow-boys

—Insisto en que no me agrada ese vaquero que admitió el patrón. No habla con nadie, no duerme en la nave, y cuando comemos, no levanta la vista del plato. Sólo se alegran sus ojos cada vez que la hija del patrón le dirige la palabra. —Es un poco taciturno, pero eso no tiene importancia. Debe tener preocupaciones que desconocemos y por las que observa esa actitud que tanto te extraña. —No es que me extrañe; es que me ofende esa manera de ser. Monta a caballo cuando terminamos las faenas y pasea durante horas por la pradera. Me gustaría poder asomarme al pasado de este muchacho, como me asomo a la cocina de Peter, aunque no le agrade a éste.