adiestramiento salvaje
Wagner, el compañero de Bennet, miró a éste en silencio. Bennet no hizo comentario alguno. Dos horas más tarde, finalizaban los trabajos. Ocho hombres entraron en las duchas con claros síntomas de agotamiento. Antes de entrar en el comedor, una vez aseados, el instructor indicó, con una seña, a Bennet que se acercara a él.