acusación falsa
Los ayudantes del sheriff, que tenían la misión de evitar la entrada a quienes no tuviesen algún cargo representativo de autoridad en la ciudad, no se atrevieron a negar el paso a míster Clifton Stone. Las autoridades reunidas allí, estaban pendientes del doctor que atendía al herido, a quien habían colocado en uno de los camastros de una de las celdas. Clifton Stone se aproximó a la celda, contemplando, en silencio, al herido. Cuando los reunidos se fijaron en él, le saludaron con simpatía.