el enigma de la esposa infiel
“Los ruidos fueron suaves y apagados y sólo se hicieron audibles gracias al silencio que reinaba en la habitación. Julia no les prestó mayor atención y en realidad no les dio importancia alguna ni se preocupó de averiguar su causa porque se hallaba en una casa extraña, e ignoraba cuáles eran los ruidos habituales que llenaban los silencios de ese lugar. Más tarde, tampoco se le ocurrió relacionar ese incidente con lo que sucedió después, porque de haberlo hecho así, su marido, el teniente Clarence, de la Brigada de Homicidios, no habría tardado tanto en solucionar el enigma que su esposa, tan graciosamente, depositó en sus manos la noche siguiente.”