PAÍS LIBRO

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lou carrigan

solo soy un pistolero

Clark Stone llegó a Wichita con la garganta más seca que la piel de sus botas. No le había gustado el viaje, pero tenía que obedecer a su jefe si quería conservar el empleo que entre unas cosas y otras le proporcionaban unos ingresos nada despreciables. Él era un tipo bastante inútil y sabía que empleos como aquel no abundaban. De todas formas, la misión no era demasiado difícil de cumplir en una ciudad como Wichita. Stone tenía que encontrar un pistolero peligroso para ofrecerle un trabajo bien pagado, y estaba seguro que allí, en aquella ciudad turbulenta y mortal, lo encontraría.