PAÍS LIBRO

Autores

lou c. carrigan

memorias de un muerto

No me gusta que me peguen. No. No me gusta. Una cosa es que, por causa de su profesión, uno tenga que romperse, a veces, las manos dando bofetadas... y recibiéndolas. Eso está bien. No indigna. No se puede pretender ir por el mundo soltando tortazos y que a uno le respeten las mejillas.