pánico en el valle
CUANDO se vio sobre la cima del otero hizo una inspiración profunda y palmeó suavemente el sudoroso cuello del zaino que montaba, hablándole con acento festivo: —¿Ves cómo cuatro años no son nada cuando hay voluntad de llegar a una meta? Lanzó acto seguido una mirada ávida hacia el ondulado valle que extendía a los pies de la suave colina. ¿Qué es lo que vio el jinete para que su rostro, segundos antes risueño, sufriera tan espantoso y súbito cambio?