touche
Florida. Verano de 1980. El sol era un disco de ardiente fuego sobre las playas de Miami. Arrancaba destellos dorados en la fina arena. Y el calor parecía una enorme losa que agobiaba a todos los bañistas que tuvieran la suerte de estar frente a aquel mar azulado y límpido, en las costas de Florida. El cielo semejaba de un color blanquecino a los ojos de cualquier veraneante, por los potentes fulgores del sol cegador, que parecía cubrirlo todo. Pero eso era, precisamente, lo que todo bañista desea. Sol, calor, mar...