PAÍS LIBRO

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law space

todos no somos hormigas

La inmensa sala se fue llenando, lenta, pausada, ordenadamente. Las filas iban dibujándose entre los asientos; luego, al mismo tiempo, al sentarse al unísono, desaparecían las siluetas, dejando ver la siguiente que, a su vez, parecía doblarse de idéntica manera. Había algo de impresionante en aquella serie de movimientos precisos, concretos, y alguien que hubiese asistido al espectáculo habría pensado seguramente encontrarse en una inmensa reunión de seres automáticos, que nada o muy poco tenían de humanos. La uniformidad de los gustos, de los vestidos y de los rostros, daba al gran grupo allí reunido un no sé qué de anónimo, de casi inexistente...