semilla para el futuro
—¡Estás loco, Harold! ¡Completamente loco! Pero al mismo tiempo, eres un hombre afortunado. Porque hay que tener mucha suerte para que el director de un periódico te pague todos los gastos, simplemente para satisfacer un capricho sin pies ni cabeza. ¿Me oyes? ¿O estoy perdiendo el tiempo? —Te oigo —repuso Harold saliendo de la ducha tan desnudo como nació—. No voy a discutir la primera parte de tu parrafada... pero a lo que me opongo rotundamente es que consideres que el director de mi periódico tiene entrañas... ¡es como pedirle alas a un elefante!