regreso a la tierra
Sobre las tierras bajas, todavía la radiactividad seguía flotando como una maligna niebla. En el curso de los años que habían transcurrido desde la terrible Tercera Guerra Mundial, la deletérea atmósfera se había purificado poco a poco. Y la gente que había buscado refugio en las altas montañas pudo empezar a bajar, con aquel deseo de reconstrucción que lleva siempre lo humano. Poco a poco, jóvenes decididos habían ido bajando a los valles, alejándose, cada vez más, de los altos picachos en los que vivían sus mayores, extendiendo audazmente las excursiones por las tierras bajas.