combatiente alquilado
POR la carretera de Cincinnati a San Luis avanzaban dos hombres. Uno de ellos era alto y fuerte y se veía obligado a amoldar su paso al más lento de su compañero, que era de menor estatura que él. Ambos mostraban sus rostros cubiertos por negra y descuidada barba y la diferencia de sus anatomías respectivas quedaba compensada por la miserable igualdad del atuendo. Los sombreros, negros, estaban sucios y por algún que otro roto se escapaban mechones de pelo blancuzco por el polvo de mil caminos recorridos a pie.