del punto a al punto g
Escribir acerca del amor y el sexo ha sido una de las tareas más difíciles en mi vida. En este proceso removí sentimientos guardados en el fondo de mi ser y, emocionalmente, fue una montaña rusa en donde hubo momentos de efusividad, amor y alegría, así como bajones terribles en los que sufrí, además de sentir decepción, desilusión y tristeza. Volví a cuestionarme las cosas que tenían sentido en mi vida y las que no, a revalorar lo que quiero en mis relaciones; experimenté de nuevo el amor; repetí patrones, me enamoré y no fui correspondida; amé y me lastimaron; me amaron y yo no amé; encontré el amor en sus diferentes formas; amé y fui amada, y participé en los juegos del amor. Aprendí lo que es el verdadero amor, el amor incondicional, y entendí la realidad desde mi esencia, no desde mi ego, y acepté que el amor fluye, no se fuerza; que el amor no se piensa, se vive. Al amor no hay que entenderlo.