PAÍS LIBRO

Autores

jud sandrey

todas moriréis

Lo que en tiempos había sido carretera normal, se había convertido en una ruta polvorienta, repleta de baches, sin apenas asfalto, donde la furgoneta con matrícula de California avanzaba dando tumbos bajo un cielo encapotado que presagiaba una inminente tormenta. El conductor, un alegre muchacho de poco más de veinte años manejaba con una mano porque la otra la tenía ocupada en explorar los bonitos muslos de su bella acompañante.