la esclava del placer
Primera edicion- 1924. Reeditado por Editorial renacimiento en 1999 JUAN DEL SARTO, el juvenil autor de este poema, es uno de los escritores que aportan a la literatura un propósito definido, algo así como un cáliz sellado que ellos sólo pueden abrir y que contiene el mensaje de sus almas. Desde el primer momento Juan del Sarto —diseminadas acá y allá loca y juvenilmente—, en sus prosas floridas, en que se unen extraña y admirablemente lo lírico y lo épico, mostró su predilección por el paisaje y el alma de Oriente, haciéndonos pensar que escribía con esas cañas que los poetas árabes cortan ellos mismos a la orilla de los ríos y preparan con la amorosa complacencia con que el fumador de opio adereza su pipa de bambú. Siempre, en esas narraciones orquestadas sobre el ritmo de los versículos, veíamos desfilar los temas gratos al Oriente, el amor exasperado hasta lo mortal, el valor viril salpicando de sangre los alfanjes, la belleza femenina surgiendo entre velos como un plenilunio; unas cuantas figuras privilegiadas y extraordinarias cumpliendo sus apasionados destinos, entre una turba pintoresca y brillante de soldados, eunucos, mercaderes, etc.: la exótica com— parsería de las Mil y una noches.