PAÍS LIBRO

Autores

joseph berna

tony garcía, agente de la cía

En la habitación 606, Brenda Jackson se estaba dando una ducha. Era una mujer joven, hermosa, con el cabello rubio y los ojos muy azules. Media 1,70 de estatura y poseía un cuerpo sensacional, porque tenía el busto firme y desarrollado, la cintura estrecha, las caderas perfectamente redondeadas, y unas piernas largas, torneadas, maravillosas de verdad. Con una anatomía así, se podía ser cualquier cosa. Modelo, artista, bailarina… Brenda había sido todo eso. Y más cosas, aún.