para piano y metralleta
El cartero detuvo su velomotor frente a la casa de Arthur Johnson, famoso pianista. Una casa preciosa, con amplio y cuidado jardín, ubicada en las afueras de Los Ángeles, la famosa ciudad californiana. El empleado de Correos, un joven espigado, de rostro simpático y un tanto pícaro, se apeó y bajó el caballete, para fijar la estabilidad del velomotor. Después caminó hacia la puerta de la casa, con la cartera de la correspondencia colgada del hombro y la gorra de funcionario ligeramente echada hacia atrás. Antes de pulsar el timbre abrió la cartera y extrajo el sobre que debía entregar allí, en la casa de Arthur Johnson. El envío era certificado, así que tendrían que firmarle en el libro de entregas.