PAÍS LIBRO

Autores

josé maría canellas casals

los niños mutilados

Mack-Wan no contestó, pero cuando el muchacho creía ser estrellado contra la pared, o bien, estrangulado, el invencible lo acercó amorosamente hasta sus labios y lo besó en la frente. En el mismo instante profirió un grito como un gruñido y apartó de sí al niño en un gesto de viva repugnancia, al tiempo que se acercaba a uno de los ventanales para examinarle a la escasa luz que se filtraba por él. —¿Qué significa esto? ¿Qué tienes en el rostro? —¡Oh, señor! ¡Me lo hizo un hombre!