PAÍS LIBRO

Autores

josé maría canellas casals

el camino de la muerte

Jim cayó al agua. La corriente era intensa y rápidamente el muchacho fue arrastrado, cosa a la que ayudó él mismo nadando vigorosamente. Tenía las piernas atadas, pero el bravo joven trepador no necesitaba todas las extremidades para sostenerse en el agua. Con los brazos hacía perfectamente su menester. Los cuatro miserables empuñaban sus pistolas y apuntaban a Mack-Wan presos de un inocultable temblequeo. —¡Es Mack-Wan! ¡Es el fantasma!