PAÍS LIBRO

Autores

josé herrera peña

la caída de un virrey (soberanía, representación nacional e independencia en 1808)

Representación nacional e independencia en 1808. La noticia de que Carlos IV había cedido a Napoleón la corona de España y de las Indias produjo en México una conmoción profunda. El reino de la Nueva España, cuya firmeza se había consolidado al cabo de tres siglos, empezó a tambalearse.  ¿Qué hacer para evitar el derrumbe? No habiendo rey, no había virrey. Las únicas autoridades legítimas eran las del pueblo, es decir, los ayuntamientos. Se rechazó la soberanía de los Bonaparte. La sociedad quedó dividida y la nación en peligro frente a la amenaza extranjera.  A propuesta del ayuntamiento de México, se formó una junta en la que se produjeron los primeros debates en la historia sobre asuntos de estado. Resonaron los conceptos de soberanía, democracia y formas de representación y de elección.  Se resolvió que la república de facto conservara en depósito los derechos de Fernando VII para devolvérselos cuando éste se reintegrara a su trono, y mientras tanto, que se convocara un congreso nacional que confiriera al jefe de estado facultades extraordinarias y estableciera un consejo supremo de apelación judicial.  El virrey convocó el congreso, pero éste no alcanzó a reunirse: el 16 de septiembre de 1808 la audiencia dio golpe de estado, deportó al virrey y privó de la libertad a los promotores del proyecto. A partir de ese día, ya nada fue igual.