PAÍS LIBRO

Autores

jorge ortiz acuña

moneda de tres caras

Sobre la mesa de un bar con mesas de madera desnuda, sin más labor que los codos y las manos de los parroquianos que han pasado por allí miles de veces, una moneda baila. Fue lanzada como una apuesta final y, dependiendo del lado al que se incline, caerá la suerte de los hombres, habitantes de un pueblo perdido en medio del mundo. O en cualquiera de sus márgenes, tanto en los bordes de todos los puntos cardinales. Y allí está la moneda girando y girando. Toda una vida transcurre en ese instante breve, el cual parte con un golpe seco del caer de la moneda en la cubierta y ese infinito tiempo en que baila y baila y baila, mostrando sus tres caras: las dos que tiene y la tercera, que es aquella que parece tener. La realidad se cobija en su canto y la fantasía es su canto. Algún día la moneda se detendrá y, con un tableteo apenas perceptible, se quedará mirando los rostros de los que apostaron a lo uno o a lo otro. A los ojos de quienes perdieron y a los ojos de quienes pensaron en ganar, pero también perdieron. Es que la vida es bastante inestable y nunca se sabe. Nunca.Así es como el polvo se impregna en los vestidos del viajero y la lluvia lo empapa. Así es como la primavera puede aparecer en medio del invierno más crudo o la lluvia puede caer, llevando destrucción y muerte en medio del verano. Nadie sabe mucho de la vida y no queda tanto tiempo para saber apenas lo esencial: la moneda detendrá su baile y eso será todo en esta pequeña historia.