PAÍS LIBRO

Autores

jim murray

la ley del talion

MÍSTER Stevens: le llaman de Dallas por el aparato infernal… El que habló era un muchacho pecoso, de unos quince años, cuya pelambrera rojiza parecía consumirle en fuego frío. Con un breve saludo se alejó de la habitación donde estaban dos hombres cabildeando. El joven abogado pidió excusas a su jefe por el hecho de ausentarse. Los teléfonos no suelen esperar, y en aquellos días de principio de siglo tenían el carácter imperativo de cosa mágica. —Tiene que ser cosa de mi padre —aclaró—; pero no sé qué puede ocurrirle, para no utilizar el correo, ¡O el telégrafo! Salió, y en el cuarto inmediato se puso un largo auricular junto al oído. Experimentó al hacerlo cierto temor, vagamente supersticioso.