«bronco» vuelve
CLASS. La bofetada sonó seca y fuerte, cortando de golpe todos los ruidos del local y haciendo que veinte pares de ojos se volvieran hacia donde se escuchara. Había cuatro hombres allí. Durante una hora larga estuvieron jugando normalmente al «póker». Un minuto antes, uno de ellos había echado con gesto de euforia su mano de naipes sobre la mesa mientras alargaba la diestra para arrastrar las puestas hacia su propia pila de dinero. Eran cuatro ases y una reina…