PAÍS LIBRO

Autores

j. figueroa campos

el misterio de los guantes negros

Los segundos pasaban con lentitud de eternidades para el hombre que se hallaba acurrucado contra la taquilla del cine. En sus manos brillaban dos pistolas. Siempre, en los momentos de peligro, Luke había empuñado dos pistolas. Por ello se le conocía más por Luke Dos-pistolas que por Luke Fawcet. En aquella ocasión las pistolas eran dos Colts automáticas del 45. En los bolsillos guardaba cuatro cargadores más y tres cajas de municiones. Podía defenderse mucho rato. Pero no podía triunfar. Homiman se lo había dicho antes de morir.