pablo y el hilo de ariadna
Me acerqué a la ventana para verla salir. Retiré con la palma de la mano el vaho del cristal y vi su figura negra, su paso vacilante tras el haz de la literna. Cruzó el patio, y fue caminando hacia el encinar. De pronto, de la lejanía llegó en dirección a ella una señal de luz. Era el disco de otra literna encendiéndose y apagándose. Beatriz dirigió sus pasos hacia esa señal luminosa, como una polilla al resplandor de una farola. Y a mí me recorrió un escalofrío por el espinazo... Ignacio García Valiño publica este relato dirigido al público juvenil, que no está exento de influencias clásicas. El mito de la Atlántida se mezcla con internet y las nuevas tecnologías en una trama sorprendente.