encuentro en la niebla
Esta nueva aventura de nuestro amigo Bowman empieza mal, muy mal. En una noche de niebla en un parque de Nueva York, casi atropella a una hermosa mujer semidesnuda, borracha o drogada. La lleva en su coche.En verdad, Bowman merece crédito por contarnos esta trágica aventura con su humor habitual. Esto casi se hizo realidad muchas veces, esa profecía que la dulce Katie le había hecho, una noche, entre dos besos apasionados: “Una de estas mañanas, amigo mío, conocerás a una perra más inteligente que las demás, y la indicada, allí, ella hará tus necesidades”.Esta vez, Bowman se enfrenta a clientes aún más duros de lo habitual, espías profesionales e incluso campeones... o mejor dicho (para su placer y el nuestro) campeonas.