PAÍS LIBRO

Autores

glenn parrish

la frontera del infinito

Luchaba ferozmente, tratando de deshacerse del acoso de aquellos bárbaros, mitad hombres, mitad bestias, con sus horribles codos prolongados en agudísimos espolones de más de veinte centímetros de longitud y afilados como navajas de afeitar. Los hjark tenían, además, las patas semejantes a las de un avestruz, aunque más cortas, con dos monstruosos dedos, que estaban prolongados en sendas uñas de diez centímetros de largo, capaces de destripar a un hombre de un solo golpe.