lo encontraron muerto
La fiesta del sexagésimo cumpleaños de Silas Kane se vio empañada por discusiones y controversias familiares. Y luego, la mañana después de las celebraciones, Kane es encontrado muerto al pie de un acantilado. La teoría de que Silas se perdió accidentalmente en la niebla se confirma cuando el médico forense da un veredicto de muerte por accidente. Pero luego el sobrino y heredero de Kane es asesinado y se amenaza al siguiente en la línea de sucesión, arrojando una nueva y siniestra luz sobre la muerte de Silas Kane. Todas las pistas se entrelazan y apuntan a un conjunto variopinto de sospechosos, entre los que se encuentra una anciana de ochenta años. Pero a medida que el temible superintendente Hannasyde profundiza en el caso, descubre que nada es lo que parece.