burbujas de hechicería
George Goodchild, en su obra «Burbujas de hechicería» echa mano a brujerías de la magia, para lograr una venganza, que pese a estar prevista, se hace inevitable. La originalidad de ese recurso, seguramente nuevo en el género policíaco, hace que la novela se lea con un interés creciente, ya que en «Burbujas de hechicería» se aúnan el interés con la amenidad, debida esta última a que no falta en sus páginas el idilio amoroso que surge entre la muchacha acaudalada y el sencillo granjero. Las figuras de Jenifer y Bill, deliciosamente trazadas, bastan para hacer de esta novela un relato sugestivo y apasionante. También cautiva la atención del lector, otro personaje, el detective Laurence Ogilvie, que pese a su agilidad cerebral, enorme dinamismo y constancia, le cuesta lo indecible llegar a la meta propuesta, cuyo final inesperado deja al lector plenamente satisfecho.