PAÍS LIBRO

Autores

g. l. hipkiss

el accionista fantasma

Seca la voz. Ominoso el gesto. Preñada de posibilidades letales la palabra, como el cañón de la pistola que se le había interpuesto entre el rostro y el libro del conserje. La contempló con sobresalto. Palideció intensamente. Empezó a levantar los brazos intentando, en vano, dominar el temblor convulsivo que le sacudía el cuerpo.