PAÍS LIBRO

Autores

fred baxter

filibusteros modernos

VIRGINIA despidióse de Richard aquella noche, llena de angustia. La empresa que iban a intentar era demasiado peligrosa y temía no volver a ver al hombre a quién amaba con toda su alma. Lo besó apasionadamente, encargándole repetidas veces que fuera muy precavido. Un coche les condujo hasta los mismos acantilados. Iban Ku Kow, el viejo buzo, Bill, Albert Desmont, el muchacho y Richard. En la gasolinera les aguardaba Stefani. Uno de los criados de Bill regresó a la ciudad con el auto. La noche era soberbia; una de esas noches de los trópicos, clara y serena. Un cielo cuajado de relucientes estrellas era la bóveda inmensa, llena de grandeza. Los enhiestos picachos de los acantilados se reflejaban oscuramente en los abismos. La canoa arrancó cortando el agua con su quilla. El motor rasgaba el silencio impresionante. La isla fue quedando atrás, borrándose hasta formar un manchón indefinido.