PAÍS LIBRO

Autores

frank mcfair

seguiremos la lucha

La oscuridad era casi absoluta. A veces, el relámpago pintaba sobre el cielo una deslumbradora raya quebrada. Luego, volvían las tinieblas. Allá abajo, en la cañada, una pequeña hoguera lanzaba al viento débiles llamitas cada vez que uno de ellos echaba sobre el fuego un puñado de ramitas. Hacían «pfff» y el humo danzaba.