PAÍS LIBRO

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frank mcfair

de sangre perversa

CESAREO Fulgencio Santos entró en Ciudad Juárez el día 2 de noviembre, a las cinco de la tarde, cuando el sol se ocultaba ya tras las lejanas montañas. Era sábado, y la ciudad estaba llena de vaqueros americanos, procedentes de El Paso y ansiosos de diversión. Cesáreo Santos llegaba, a caballo, delante de un escuadrón de cuatrocientos peones descalzos y con los vestidos hechos jirones, pero provistos de excelentes fusiles.