escuela de alto espionaje
Nuestro héroe de los rizos rubios que solían rielar su frente, ancha y despejada, prestándole una nota de personalidad, se había quedado sin ellos en el transcurso de su última misión, pues ya recordarán los lectores que sus enemigos, para evitar que les sorprendiera con el truco de la triple reproducción electromagnética, le habían pelado al cero.