un novato en el rancho herradura
RHAYS Moon, con los codos apoyados hacia atrás en la repisa de la chimenea, la negra pipa entre los dientes y un gesto de fastidio en los labios, escuchaba pacientemente la catilinaria que su padre James Moon le estaba colocando y que, de haberla catalogado, haría el número enésimo de la lista. Rhays era un tipo de muchacho fuerte y sano. Más bien alto que delgado, flexible de cintura, pero ancho de espaldas y duro de músculos