PAÍS LIBRO

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fidel prado

rio de oro

Alguien, no se sabía quién, había bautizado con el expresivo nombre de Río de Oro aquel exótico y extraño campamento minero que, por caprichos del Destino se había instalado en una de las partes más escabrosas del Big Trees, a unas treinta millas de la ciudad de Sacramento. Era la época arrolladora de los descubrimientos de filones de oro en toda aquella cuenca extensa y pródiga que giraba en torno al ya famoso río.