poco espacio para dos
El clima alegre y optimista que había reinado en el rancho de James Loge durante los tres días que durara el intenso y fructífero rodeo celebrado y la franca camaradería que se observó durante la gran comida celebrada en el inmenso patio del rancho después de terminadas las rudas faenas del acoso de las reses, había bajado en muchos grados a medida que se aproximaba la hora de celebrar los festejos organizados por el dueño de la hacienda, para obsequiar, como era costumbre, al centenar largo de invitados que había reunido en torno a las mesas.