mike, el traidor
EL detenido miraba con terror la rama transversal de la encina, a cuyo tronco había sido atado. En lo alto de la rama, un vaquero estaba preparando una sólida cuerda con nudo corredizo, que no tardando mucho se ajustaría al cuello del prisionero, para de modo inmediato izarle con brutalidad trágica y dejarle suspendido de la rama. El condenado era un joven de unos veinticuatro años, alto, flexible, de cabello rubio, con los ojos azules y la boca pequeña y de finos labios. Era bastante guapo y sus facciones adquirían más atracción de líneas debido al tinte moreno que el sol y, el aire habían curtido sobre la piel algo blanca.