PAÍS LIBRO

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fidel prado

más pesado que el plomo

AQUEL edificio de regulares dimensiones en realidad sólo era un barracón de sólida madera con un amplio porche corrido y una tejavana que resguardaba del sol y de la lluvia. El porche no podía estar mejor aprovechado: en su parte central se abría un vano de puerta en cuyo fondo se hallaba instalada la pequeña estación telegráfica del poblado; al interior, un mostrador corrido de pared a pared cortaba el paso de los clientes y, a un lado, descansaba sobre una mesita el pequeño aparato que ponía en comunicación el poblado con todo Texas y, si era necesario, con el resto de los estados.