lo que puede hacer un hombre
SE detuvo la diligencia en uno de los lados de la plaza Arkansas en Higbee, no sin que el barbudo mayoral se viese obligado a emitir una bonita y pintoresca sarta de juramentos de lo más escogido del Oeste, para convencer a los cuatro poderosos caballos de que debían dejar quietas las moscas que picoteaban sus flancos, para que los viajeros pudiesen descender desde el pesado armatoste.